El amor nos recuerda también que estamos vivos, pero creemos que estamos inmersos en un estado de utopía pero que no es real ya que siempre le ponemos fecha de caducidad. También es embriagador como el dolor, también nos aferramos a el por eso asociamos el "amor" con el dolor.
Vivimos es una época muy caótica en donde se ponen prueba los verdaderos sentimientos, somos aficionados de los tiempos, creemos que tenemos toda una vida para hacer las cosas importantes y creemos que ya no somos capaces de hacer muchas otras. La única realidad es el hoy y el ahora, quien comienza a vivir su momento es dichoso por que sabe que ese momento jamas volverá y le da la importancia que tiene.
Cuando eliges tomar una disciplina, ningún camino es fácil, te das cuenta que el dolor y el amor van de la mano por que la pasión que te impulsa a hacerlo, lleva en las lagrimas el esfuerzo, la satisfacción de haber llegado demasiado lejos. El dolor nos hace fuertes, por que es en donde debemos trabajar mas nuestras debilidades, quedas cansado, harto, frustrado, sollozas, pero te encuentras frente a una realidad, la ineludible. El mundo te va a destrozar y cuando este te quiera destrozar, podrán pegar por fuera pero jamas por dentro por que la fuerza con cada caída y cada dolor te han endurecido, el dolor te fortalece pero el amor te salva de la amargura.
Es bien sabido que quien tiene una rama fuerte, por muy fuerte que sople el viento jamas la quebrara por que lo que esta cimentado con amor y esfuerzo, jamas es derribado. Pero no hay frutos de ese amor sin dolor, sin esfuerzo, sin entrega. Debemos dejar de aferrarnos a dogmas, miedos, de lo contrario jamas viviremos libres. No por que un niño se caiga, le diremos que deje de vivir, ya que limitamos su capacidad y toda su vida se sentirá restringido, no solo por la vida si no por el mismo.
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