sábado, 2 de enero de 2010

Donde vio la luna...




Solo se hace una,
una vez para ver la luna,
apartas la soledad
con cada inhalar.

Comes miedos,
te inyectas de ellos,
necesitas besos,
que te envuleven en arrobamiento.

Lloras, gimes, sin salida,
la vez, lejana a tus pies,
mas sin encambio,
tu voluntad subyugada
con el fango en la cara.

En ausencia de su "paz",
en el infierno esta,
se quema con cada veneno
en sus venas.

Sociego, al estar adentro,
invadido de bella armonia,
olvida ser presa de la agonia,
del destierro ajeno.

Se humilla, pierde cordura,
la calle lo refugia,
entre la realidad
en calles llenas de frialdad.

Desvanece su apariencia,
se transforma en una quimera,
el fuego de conciencia
lo eleva hacia la culpa.

El guiñapo se queda,
temblando, su fallo
lo come a diario.

Su agobio lo lleva,
donde vio la luna,
donde se enamoro de la amargura.

Sin marcha atras,
mira su vida pasar,
con el veneno en sus venas,
y la soledad en ellas.

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